Entradas populares

viernes, 23 de septiembre de 2011

La bendición del fútbol

Explicar con palabras la pasión del fútbol es como pedir que en un minuto nos digan como funciona el mundo. Es simplemente algo que no se explica, se siente. En éste texto voy a intentar hablarles de esta pasión que sin dudas no tiene límites.

Muchas veces me ha tocado escuchar palabras absurdas de muchas personas diciendo e insultando la pasión por este deporte. Aquellos que se dan el lujo de hacerlo es porque se han perdido de vivir algo que es absolutamente maravilloso y no son merecedores de respuesta, porque el fútbol no es un deporte como cualquier otro, incluso dicho por deportistas profesionales y no hace falta tampoco que lo diga yo, porque la pasión por el balonpié, como se le llamaba antiguamente, va más allá de lo que ocurra dentro de una cancha.

Me toca vivir en una familia donde se transpira fútbol las 24 horas y agradezco a mi viejo por haberme metido en este mundo, porque no se que sería de mi vida sin el fútbol. Si me pongo a restar las horas de mi vida donde este deporte se reservó mi tiempo, creo que quedarían pocos días libres y no me arrepiento, al contrario, podría aún dedicarle más tiempo.

Esto no es un deporte simplemente, es una forma de vivir, de sentir, de amar. Lloré, grité, insulté y pasé por todos los estados de ánimos que se puedan imaginar por el fútbol, por 22 personas dibujando historia con una pelota en los pies. Sería absurdo decir que esta disciplina, este deporte, son solamente 22 personas corriendo con una pelotita para meter gol y tal vez escriba muchas cosas en este texto y no voy a poder decir que es el fútbol para mi, solo podría contar que me genera, que me despierta. Porque esto, repito, no tiene explicación.

Desde que nací o tal vez de antes, soy hincha de boca, y creo que es la mejor decisión que pude haber tomado en mi vida, o el más grande suceso que me marca para siempre. Creo que después de mi familia, está boca. No creo, estoy seguro de que está boca. Tal vez digan que estoy loco, tal vez me entiendan. Pero nunca voy a cambiar esto, porque es el amor de mi vida, podrá pasar mucha gente, podrán haber muchas tristezas, pero Boquita siempre va a estar ahí, cada día que tengo la posibilidad de verlo o de ir a la cancha, siento que me lleno de vida, de alegría. Entrar a la bombonera y respirar el aire de la cancha es de lo más relajante que hay. Incluso cuando empiezan los partidos y uno empieza a sufrir por los hechos ocurridos en el partido, siento que estoy en un lugar que fue creado a mi medida.

La alegría de gritar un gol, y abrazarte con alguien que tenes al lado, por más que no sepas quien es, es algo que no se explica, tenes que vivirlo para entenderlo. Entrar a un lugar donde todos buscan un mismo objetivo, donde todos somos hermanos prácticamente, donde miles de personas comparten el mismo sentimiento que vos, ese es el mundo que yo quiero, ese es el lugar que me hace más feliz.

Si hay una tristeza en la vida, no digo que el fútbol te la solucione, pero te ayuda a recuperarte. He visto a cada mago de la pelota realizar cosas que parecen físicamente imposibles, eso te llena los ojos de lágrimas, te hace pensar que hay que luchar, que todo se puede en la vida.

A pesar de la rivalidad que hay entre los clubes, la pasión se comparte y se entiende, más allá de las cargadas, se acepta y se valora el sentimiento de las demás personas por su club. Pero repito, hay que vivirlo para opinar, para criticar.

Y los que no comparten esta pasión, que digan lo que quieran, el fútbol fue, es y será el amor de mi vida.

Me resulta difícil escribir mucho, porque no me salen las palabras. Aquellos que compartan éste sentimiento, me van a saber entender y aquellos que no... Aquellos que no, la verdad que no me interesa en lo más mínimo sus críticas negativas.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

No quiero vivir más, pasame un CD de los Wachiturros

Vivimos impregnados de música, a todo momento, desde que nos levantamos de la cama hasta que volvemos a ella para dormir y por lo general expresa distintos estados de animo y situaciones de nuestras vidas, en el texto de hoy voy a hablar sobre algunas curiosidades respecto al tema.

Para comenzar me gustaría analizar un par de situaciones y como es típico del blog bardear a alguien, no puedo perder la costumbre. Me refiero a las personas que escuchan música con el volumen alto dentro del micro. Antes me pasaba muy esporádicamente esto de ver a personas con el celular y la música a todo lo que da, pero ya se volvió una fija y empieza a molestar. Primero porque los morochos siempre ponen cumbia, segundo porque siempre tienen auriculares y no los usan, tercero, porque tal vez les decís algo y se hacen los re boludos. Yo creo que tienen algún problema de sordera importante, o la otra posibilidad, es que sientan envidia de los morochos coupe que andan en sus autos impecablemente tuneados (mentira) con su extremadamente costoso sistema de audio digital (mentira, tienen 2 cornetas de bomberos y suena como si estuvieses dentro de una caja de plástico), y por eso se auto consuelan poniendo música fuerte en su medio de transporte, para imponer respeto. Igual dependiendo del ramal del 273, la música varía. Por ejemplo, si te tomas el que va para la zona de City Bell centro, puede que escuches además de cumbia, algo de Thalia o Ricky Martín (remixados), pero si te tomas el que va para Gorina o Ranelagh (siniestro) ahí que sea lo que Dios quiera, se encuentra cualquier cosa. Ayer venía uno que tenía una especia de rap gringo, pero en el medio del tema se escucha un "fuerte apache wacho", y después de ese pie, el morocho empezó con el acting, cantaba y movía las manos como si estuviese en el Gran Rex tocando, o en Mileño... Sin palabras, si profundizo en lo que pienso, me viene a buscar el Inadi, la puta de Cristi y todos los pseudo protectores de los derechos humanos.

Volviendo al tema de la música y dejando de lado la fantasmeada esa, mi caso en particular es que dependiendo de mi estado de ánimo opto por uno u otro estilo de música, o tal vez del mismo artista pero algo más pasional o depresivo dependiendo el día. Yo creo que a todos nos pasa.

Lo que marca mucho la personalidad de cada uno, es como nos comportamos arriba del auto con la música. Tengo la posibilidad de ver cada fin de semana, distintas clases de personas que se comportan de manera diferente. Por un lado, el cabeza que mencioné más arriba, que prefiere no escuchar nada él, para hacerles ver a todo el mundo que tiene una fábrica de cornetas de bomberos arriba del auto. Por otro lado está el grupo de amigos que como están todos recontra en pedo, ponen un reggaeton viejo para que lo sepan todos y a todo lo que da, para pasar por cada semáforo, bajar vidrios y demostrar que saben cantar. Por otro lado, las mujeres que en su mayoría cuando salen con sus autos, ponen algo de marcha o reggaeton muy actual y en un volumen no tan alto, todas las mujeres dentro de ese vehiculo arman un pequeño boliche para disfrutar de ese momento único. He visto muchos grupos de minas saliendo en auto que esperan al semáforo en rojo para subir el volumen al máximo y boludear a los flacos que vienen re enfiestados en el auto de en frente. Y después, la gran mayoría de los autos, que prefiere no hacer pelotudeces mientras maneja, poniendo variada música, en un volumen normal, para poder charlar durante el viaje, eso sería lo más normal de todo.

Para profundizar en el tema del auto, hace 3 meses que no sale el CD de los Grandes Éxitos de Queen del stereo del mio y creo que va a quedar ahí por 3 meses más, porque cada vez que voy para algun lado, me olvido el porta CD's. Eso es un problema grave, sobre todo cuando tu vieja te saca el auto, pone el de Chayanne o el de Bubblé y después me lo tengo que fumar por 2 meses porque me olvido de llevar los discos al auto.

La música se halla reflejada también en los ringtones del celular y es el mayor motivo de vergüenza, sobre todo cuando se está en la facultad y en el medio de la clase del titular más forro, te olvidas de ponerlo en silencio y entra a sonar a todo lo que da "abusadora, abusadora, abusadora, vendita sea la hora en la que yo te encontré... HACE CALOOOOR, EN LA DISCO SUBIENDO EL VAPOOOR" y después resulta que el profe era un copado y se pone a bailar al ritmo de tu ringtone. Me sorprendió ver el otro día una mina caminando por la calle que por la cara parecía re tranquila y justo le suena el celular y tenía alguna especie de heavy metal o hard rock, no entiendo mucho, pero no asociaba esa música con la cara de esa mina, juro que no podía dejar de pensar en eso en todo ese día.

Podría escribir más cosas, pero lo dejo abierto el tema para continuarlo más adelante, saludos!

martes, 13 de septiembre de 2011

Sorry gordo, hoy tengo pilates

Desde que abrí este blog, claramente se ha transformado en un libro de quejas. A pesar de que todo es con humor y buena onda, las pelotudeces que hacen algunas personas, excede el personaje que trato de encarnar en los textos. Hoy voy a hablar de las personas que hacen "Pilates", que últimamente está de moda.

No tengo la más puta idea de lo que es el Pilates exactamente, entonces lo wikipedié:

El método Pilates, o simplemente Pilates, es un sistema de entrenamiento físico y mental creado a principios del siglo XX por el alemán Joseph Hubertus Pilates, quien lo ideó basándose en su conocimiento de distintas especialidades como gimnasia, traumatología y yoga, uniendo el dinamismo y la fuerza muscular con el control mental, la respiración y la relajación.
Ya es un chamuyo desde la definición, es una mezcla de un montón de huevadas que inventaron antes y que con el tiempo dejaron de pegar en la gente porque les chupaba un huevo.
Por lo general es una actividad que realizan las mujeres, aunque he visto algún que otro hombre por ahi. Me sorprende que la clase de mujer que hace pilates, tiene una especie de patrón, son muy similares, pero prefiero dividirlas en 2 grupos. Por un lado la gordita que va a pilates porque piensa que por hacer algo de destreza y relajación muscular, va a poder bajar todo lo que se lastra después al mediodía. Por otra parte, la mujer esbelta de clase media alta, que va para escapar un rato del marido, familia, novio, mayordomo, etc. Las del primer y del 2do grupo, se miran mal desde que entran en el gimnasio, las primeras van con todas las ganas, porque siempre, pero siempre para llegar en un gimnasio a la parte donde se hace pilates hay que pasar por el área de los fierreros, y eso les levanta el ego. Las del segundo grupo pasan con la cabeza en alta, con mirada de jamás en tu vida vas a garchar una mina como yo, porque soy única. Claramente, todas tienen un problema.
En las clases, que supuestamente son de meditación, porque también es una técnica para anular el stress, se la pasan charlando de la peluquería, de los pin que le mandaron al blackberry, de lo lindo que les quedó el jardín de invierno que armaron para sus mañanas de primavera, etc. En fin, trabajan media hora, y después empiezan a meterle ficha a la profe para terminar la clase antes, porque tienen muchas cosas que hacer. Lo preocupante, es que cuando salen, van con una cara de cansada, como si estuviesen llevando bolsas de cemento de 50 kg por 10 km bajo el sol del Sahara, no exagero.
No estoy en contra de hacer Pilates, pero hagamos más y vendamos menos humo.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Contradicciones


Nuestras vidas están llenas de las mismas, muchas veces no podemos escapar de ellas, otras veces lo hacemos por vicio o por necesidad, pero siempre están. En el texto de hoy, voy a enumerar una serie de casos contradictorios que suelen ser muy usuales entre nosotros.

Cada vez es más frecuente escuchar excusas en vez de decir la verdad, para zafar de un compromiso. Pero surge un problema cuando esa mentira se hace más grande y luego del hecho inexistente, te piden detalles o te preguntan cómo te fue en esa supuesta reunión de trabajo/cumpleaños/salida u otro compromiso que no tuvo lugar en el mundo real. Acto seguido, pasamos a escuchar un relato detallado de esa reunión, sabiendo que es mentira por los detalles insignificantes que nos terminan contando y cayendo en unas cuantas contradicciones, las cuales si las hacemos saber, termina siendo peor para nosotros que no fuimos los que mentimos, porque hacemos ofender supuestamente a la persona que nos mintió como político peronista. En este caso la conclusión sería no mentir, o decir de frente que no tenes las putas ganas de compartir un tiempo con esa persona para lo que se te esté proponiendo (sabemos que esto no va a pasar nunca).

Otro caso frecuente es cuando se habla de algún tema del cual se sabe muy poco y queremos opinar como buenos argentinos opinólogos que somos, cayendo en miles de contradicciones y corrigiéndonos sobre la marcha para no perder el lugar que se nos dio en esta charla. Esto es muy frecuente que nos pase hablando de política, de deporte, de minas, de sexo principalmente. Siempre hay uno que empieza la charla que pareciera tenerla muy clara, hasta que mete la pata y te das cuenta que te quiere vender humo, comenzando a sanatear a más no poder, para poder salir del quilombo en el que se metió. Por lo general es muy difícil, porque uno se da cuenta inmediatamente lo que está pasando. En este caso la conclusión sería no hablar de algo que nos resulta desconocido (sabemos que esto no va a pasar nunca).

También es muy común contradecirnos estando en el ámbito académico, universidad, colegio, etc. Cuando hay alguna evaluación o simplemente en las clases, y nos preguntan de algo que no pudimos estudiar o no quisimos y sacamos la guitarra de la mochila y empezamos a tirar lo primero que se nos viene a la cabeza que puede llegar a ser (esperando a un compañero de cursada que nos tire un centro que nunca llega) y cuando la cara del profesor te mira como diciendo "uno" cambiamos sobre la marcha el discurso hasta poder encajar en lo que él quiere y con una mano sigilosa, ubicando las hojas del cuaderno de anotaciones para ver si encontramos algún apunte salvador, que nos rescate de esta situación demasiado embarazosa, porque todos te miran como diciendo "yo esto lo sé" aunque sabemos que la mayoría están como uno y tuvimos la mala suerte de pasar por esto. En este caso la conclusión sería estudiar para todas las clases (sabemos que esto no va a pasar nunca).